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martes, 23 de febrero de 2010

POEMAS DE JUAN LARREA


(Bilbao, 1895 - Córdoba, 1980) Poeta y ensayista español. Su obra poética, escrita mayoritariamente en francés, se inscribe dentro de la corriente surrealista. Archivero de profesión, comenzó su labor literaria en las revistas ultraístas “Grecia” y “Cervantes”, donde en 1919 publicó sus primeros versos. Posteriormente militó en las filas del creacionismo animado por el fundador del movimiento, Vicente Huidobro. En 1926 se trasladó a París y fundó junto con César Vallejo la revista “Favorables París Poema”, cuyo primer número incluía un manifiesto de carácter surrealista escrito por él. A partir de ese momento decidió adoptar el francés como idioma poético para, una vez rotos los vínculos con la lengua materna, alcanzar la máxima libertad creativa de acuerdo con los ideales del movimiento. En 1930 Larrea dejó de escribir poesía y viajó a Perú con objeto de estudiar las culturas precolombinas. Al término de la Guerra Civil pasó a México, donde intervino en la fundación de las publicaciones “España Peregrina” y “Cuadernos Americanos”. Más tarde, tras una estancia en Estados Unidos, ejerció como profesor en la universidad argentina de Córdoba. Su producción fue prácticamente ignorada en España, aunque Gerardo Diego tradujo e incluyó varios de sus poemas en la revista “Carmen” y en su Antología (en sus ediciones de 1932 y 1934) dedicada a la Generación del 27. También gracias a Gerardo Diego apareció en México Oscuro dominio (1935), sucinto volumen de prosa y verso. No obstante, su obra lírica completa no fue publicada en español hasta 1970, con el título de Versión celeste. El centenar de composiciones que integran este libro fueron reflejo de la actitud visionaria del autor, que plasmó con hermética brillantez su experiencia vital a través de imágenes laberínticas. Larrea escribió ensayos sobre César Vallejo, y trató temas de arte y cultura en libros como Rendición de espíritu (1943), El surrealismo entre el Viejo y el Nuevo mundo (1944), Razón de ser (1956), La espada de la paloma (1956), Teleología de la cultura (1965) y Guernica (1977).



EL MAR EN PERSONA


He aquí el mar alzado en un abrir y cerrar de ojos de pastor
He aquí el mar sin sueño como un gran miedo de tréboles en flor
y en postura de tierra sumisa al parecer
Ya se van con sus lanas de evidencia su nube y su labor
A la sombra de un olmo nunca hay tiempo que perder

Crédula exquisita la oscuridad sale a mi encuentro
Mi frente abriga la corteza del pan que llevo adentro
cortado a pico sobre un pájaro inseguro

Y así me alejo bajo la acción del piano
que me cose a las plantas precursoras del mar
Un ciervo de otoño baja a lamer la luna de tu mano
Y ahora a mi orilla el mundo se empieza a desnudar
para morirse de árboles al fondo de mis ojos.

Mis cabellos se llenan de peces de penumbra
y de esqueletos de navíos forzosos

Sin ir más lejos
tú eres fría como el hacha que derriba el silencio
en la lucha entre el paisaje y su golpe de vista

Mas cuando el cielo exporta sus célebres pianistas
y la lluvia el olor de mi persona
cómo tu hermoso corazón se traiciona


ESPINAS CUANDO NIEVA


Suéñame suéñame aprisa estrella de tierra
cultivada por mis párpados cógeme por mis asas de sombra
alócame de alas de mármol ardiendo estrella estrella entre mis cenizas

Poder poder al fin hallar bajo mi sonrisa la estatua
de una tarde de sol los gestos a flor de agua
los ojos a flor de invierno

Tú que en la alcoba del viento estás velando
la inocencia de depender de la hermosura volandera
que se traiciona en el ardor con que las hojas se vuelven hacia el pecho mas débil

Tú que asumes luz y abismo al borde esta carne
que cae hasta mis pies como una viveza herida

Tú que en selvas de error andas perdida

Supón que en mi silencio vive una oscura rosa sin salida y sin lucha


RAZÓN


Sucesión de sonidos elocuentes movidos a resplandor, poema
es esto
y esto
y esto
Y esto que llega a mí en calidad de inocencia hoy,
que existe
porque existo
y porque el mundo existe
y porque los tres podemos dejar correctamente de existí.

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